¿Por qué hacer uso del aceite en la repostería?

aceite en la repostería

Al momento de hornear hay cientos de secretos que usan las reposteras y reposteros. Uno de ellos es usar aceite en la repostería como aceite de girasol o cualquier otro aceite vegetal.

En tartas, queques y bollos, el aceite vegetal permite darle mayor suavidad a la masa, e incluso puede hacer que crezca más. Hay muchas más ventajas, y las contamos todas aquí.

 

Ventajas de reemplazar con aceite

 

En muchas recetas de repostería podés usar el aceite para lograr una mayor esponjosidad del postre y una miga más consistente, tierna y uniforme. Te preguntás por qué ocurre esto.

Como la mantequilla contiene un 20% de agua y sólidos lácteos, al mezclarse con el gluten de la harina, el agua hace que la miga se vuelve más densa. Esto no ocurre si se usa aceite (100% grasa) en la preparación.

Otra ventaja es el mayor tiempo de conservación de los pasteles y tartas. Si usás aceite el postre puede durar hasta 5 días sin refrigerar, 10 días guardado en la nevera y 10 meses si se congela.

Para las personas intolerantes a los lácteos es también una excelente opción usar aceite en vez de mantequilla o margarina. Además, le da realce a los frutos secos, frutas o especies aromáticas, gracias a su neutralidad.

El aceite es ideal para los brownies, pasteles de chocolate, todo tipo de bizcochos (especialmente de zanahoria o maíz), magdalenas, queques, masa quebrada, entre otros. Las únicas excepciones son la masa del hojaldre y el glaseado, que sí deben hacerse con margarina o mantequilla para no alterar el resultado.

Medidas y sustitución

Para hacer el cambio sin alterar el éxito de las recetas, podés usar un aceite de sabor neutral como el aceite de girasol. Solo hay que tener en cuenta la proporción adecuada al agregar a las mezclas.

En principio, la cantidad de aceite debe ser 20% a 25% menor que la cantidad de mantequilla indicada en la receta. De esta forma, si las instrucciones indican 100 g de mantequilla, debés sustituirlas por 75 g de aceite.

Fijate en esta guía para que te orientes mejor:

  • Si la receta dice que debés usar una cucharadita de mantequilla o margarina, podés reemplazarla por ¾ de cucharadita de aceite.
  • Para una cucharada de mantequilla, usá 2 ¼ de cucharaditas de aceite.
  • Cada media taza de mantequilla o margarina podés sustituirla por ¼ taza de aceite, más otras 2 cucharadas.
  • Por cada taza de mantequilla usá ¾ de taza de aceite.
  • Cada 3 cucharadas de aceite equivalen a ¼ taza de mantequilla.
  • Media taza de aceite funciona igual que ¼ taza más dos cucharadas de mantequilla.

Con estas proporciones podés hacer deliciosas preparaciones sin preocuparte por los resultados o alteraciones de sabor de tus postres.

Recordá, el aceite de girasol es uno de los mejores aceites y de sabor más neutral para darle el realce y consistencia ideal a tus recetas de repostería.

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